El Mar

Hoy ví el mar. Ese océano de inmensidades ante el que uno no puede mas que sentirse un gota humilde. Después de un año y medio, volví a ver el mar y me preguntaba ¿cómo había podido estar tan lejos de algo que amaba tanto?... Tal vez yo necesitaba mas el mar, de lo que lo amaba.

Al principio sólo supe de su olor plagado en el aire y eso fué suficiente. Sabía que estaba allí. Ayer escuché los pájaros marinos que gritaban desde él y los ví trepados en los árboles. Pero hoy lo ví de frente, escuché a las olas enormes golpeándo las rocas, y extendí mi mirada hacia ese "quien sabe" en el horizonte.

Ante él, hoy, me ví "otra". Reconocí mis recuerdos que parecen tan lejanos. Las tantas tardes, en otros tantos lados, que me senté, ante el mismo mar. Ante la serenidad y la violencia del mismo mar. Ante la misma majestad y el mismo respeto, de este mar que es otro a cada instante.

Y no dije nada. Ni pedí, ni agradecí cosa alguna. Ni justifiqué mi regreso o mi partida. Solo callé y supe. Solo me ví y acepté las consecuencias del tiempo. Los colores y los "Apus". Los sonidos de un frío invierno. Sin amor y sin odio. Otro idioma que no entiendo.

Hoy me vió el mar. Sintió junto a otros pájaros, mi pequeña presencia. Aceptó mis pies heridos y me envolvió con su grandeza. Y cuando menos lo esperaba se sentó a la izquierda y dijo: "antes, eras solo viento y agua; ahora además eres fuego y eres tierra".

Océano Pacífico. Arica. Chile.
Junio de 2003