viernes, noviembre 12, 2010

Una mujer enana


Era una mujer enana, la que anoche corria por el jardín. Escapaba despavorida de la primavera. Dobló en la esquina dónde esta el sauce llorón y evitó también el cuento de otro verano.

Era una mujer enana y apretaba en la mano un cardo.

miércoles, noviembre 10, 2010

Sebastián

Cuando Sebastián despertó a media mañana, le nació el convencimiento de una idea: Una parte de él, era Leo; otra era Tomás, otra era yo. Partes de él andan viviendo en todos.

Yo sólo podía decir algo: en contrapartida una parte de Leo, de Tomás, de mí, viven en él. Al final como al principio, todos compartimos piezas de un mosaico que nos iguala y del que nunca podremos escapar.

Rinconada. Jujuy. Argentina